Originaria de Gales, un día Erin Budina decidió que quería darle un giro a su vida. Se mudó a Londres y luego de que se hiciera famosa en las redes sociales, Erin Budina comenzó a recibir llamadas de diferentes marcas interesadas en contratarla. Según cuenta, llegó a cobrar más de mil euros por publicar una imagen en su perfil promocionando cosméticos y ropa. Tras dar sus primeros pasos dentro de Internet de manera exitosa, Erin Budina no lo pensó dos veces e invirtió parte del dinero ganado en cirugías cosméticas para parecerse aún más a Kim Kardashian.
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